El acoso escolar existe y no es necesario llegar a comportamientos extremos y que ya no tengan solución factible que no sea la salida del colegio, consultas con psicólogo…. sino que es necesario detectarlo antes y ahi los padres debemos estar con nuestros hijos y ser su punto de apoyo.
No es necesario que este apoyado en nuevas tecnologías o en redes sociales, sino simplemente con unas palabras, con comportamientos dirigidos con vacíos innecesarios o simplemente con el animo de destacar o sentirse el lider de un grupo pueden derivarse en acoso escolar o bulling
Como abogado la pregunta que me planteo es como puedo frenar esos comportamientos por parte del alumno acosador desde el principio y que actuaciones puedo hacer yo o por parte del colegio para que cese el comportamiento de ese alumno siempre desde un punto de vista objetivo y legal.
Desde el punto de vista jurídico voy a realizar algunas puntualizaciones y actuaciones a realizar por parte de los progenitores que conocen o les han comentado que su hijo puede estar pasándolo mal en el colegio o instituto por culpa de algún compañero.
Algunas medidas preventivas
Se considerará acoso escolar toda actuación repetitiva, continuada en el tiempo y deliberada, consistente en agresiones físicas o psíquicas a un alumno por parte de otro u otros que se colocan en situación de superioridad.
En el centro escolar, aunque se cuenta con algunas medidas como el protocolo de actuación ante el acoso, sería conveniente una prevención activa.
Dotar a los centros de medios para impartir una hora a la semana una clase de igualdad y respeto: qué principios rigen la convivencia en comunidad y qué consecuencias puede conllevar la vulneración de los mismos. Siendo esto necesario desde mi punto de vista resulta del todo insuficiente ya que estas charlas no son ni escuchadas activamente por el alumno acosador y creará una mayor frustración en el alumno acosado, pienso que será mas importante una charla por parte del tutor o encargado de forma individualizada e intentando comprender el por qué del comportamiento de ambos.
De las medidas a tomar en casa, es bien sabido que predicar con el ejemplo es la herramienta más efectiva. Los menores suelen repetir conductas que ven o se permiten en su casa. Debemos ser los adultos quienes eduquemos a nuestros hijos, tanto para tratar adecuadamente a los demás, como para protegerse y poner medios ante otro niño que no le trate bien. Recordemos: 7 de cada 10 niños víctimas de acoso lo sufren a diario. La información es clave para evitar conductas inadecuadas entre menores, explicarles las consecuencias de sus actos, tanto penalmente como para la víctima. La empatía debe ser un valor a inculcar en nuestros jóvenes. Es muy importante saber escuchar a nuestros hijos y crear un clima de confianza en casa para que puedan expresar libremente sus temores y miedos.
Si, a pesar de las medidas de prevención, un menor es víctima de acoso escolar, los centros y las instituciones deben dar respuesta inmediata a la situación, en aras de proteger a la víctima. Hay que combatir la tendencia a aislar al niño acosado. Este debe ser acogido y comprendido y a cambio debemos poner medios correctivos sobre el acosador.
Es evidente que nos encontramos con un sistema torpe y lento ante la detección del problema. Esto conlleva que en muchas ocasiones sea la víctima la que termine cambiando de colegio, para poner fin a una situación condenable de la que él no tiene ninguna culpa».
¿Qué medidas podemos tomar si sospechamos que nuestro hijo está siendo acosado ó incluso si pudiera ser un acosador?
1.-Detectar el problema. Interpretar los signos externos (heridas, hematomas, deterioro en la ropa o en los libros, pérdidas o robos) y los signos psicológicos (mutismo, reserva, llanto, tristeza).
El diálogo y la confianza es el primer paso, en aras de conseguir que el niño cuente por lo que está pasando para poder ayudarle.
2.- Recabar todos los medios de prueba de los que se pueda disponer. Nombre de los testigos, correos electrónicos si el menor es acosado por este medio, mensajes de whatsapp, publicaciones en redes sociales, partes médicos que objetiven lesiones, fotografías, etc.
3.- Acudir a los servicios de atención primaria para que el menor sea explorado por un psicólogo y reciba la ayuda psicológica necesaria.
4.- Interponer una denuncia escrita en el centro escolar, a fin de que comiencen a investigar sobre los hechos, aportando todos los medios de prueba de los que se disponga. Todos los centros deben cumplir con un protocolo ante un posible caso escolar pudiendo acordar medidas de protección del menor acosado mientras se lleva a cabo la investigación, a fin de evitar que se produzcan nuevos acosos.
Si el centro hace caso omiso a la denuncia, el centro podrá encontrarse con una demanda de responsabilidad civil, en la que los padres reclamen una indemnización por la falta de actuación y protección del mismo.
5.- Interponer una denuncia en Fiscalía de Menores en paralelo a la denuncia en el centro, a fin de que se depuren las responsabilidades penales y civiles correspondientes ante el acosador e incluso medidas de protección para el menor acosado, las cuales serán acordadas por el Juzgado de Menores correspondiente.
En la Comunidad Valenciana existe un protocolo de la GVA en la ORDEN 62/2014, de 28 de julio “Modelo de actuación en situaciones de posible acoso e intimidación entre alumnos.”
Es un protocolo que indica como debe actuar el centro escolar y los profesionales que trabajan en el en caso de detectar algún caso de acoso escolar incluyendo plantillas para completar de forme mas clara el hecho concreto.
Conclusión
El acoso escolar afecta a todos los miembros de la comunidad educativa y no solo a las víctimas del acoso.
Sobre ello, la última memoria anual sobre convivencia escolar en la Comunitat también aporta un dato significativo. En apenas dos años prácticamente se han duplicado las incidencias contabilizadas en los colegios valencianos, pasando de las 1.880 del curso 2013-2014 a las 3.414 del 2015-2016 (último dato disponible). El abanico de los casos de violencia escolar es muy amplio, pero destaca especialmente las peleas y agresiones entre el alumnado (el 32,01%), las amenazas verbales al profesorado (21%) o los insultos y las amenazas entre los escolares (16,22%).
Debemos tener en cuenta esta importante cuestión que nos planteamos y de muy difícil control ya que el acosador no reconocerá su comportamiento y es complicado de que por parte del centro educativo se tomen medidas contundentes contra el ya que suelen ser niños problemáticos y con unas familias también desestructuradas, con problemas de convivencia o con déficit de atención hacia sus hijos, por falta de dedicación debido a horarios laborales y falta de conciliación entre la vida laboral y personal.